viernes, 30 de octubre de 2009

Con un poco de suerte

Cada vez que grabamos un disco tengo una extraña sensación y ahora que se acerca ya el sexto vuelve otra vez. Cuando creía que ya la había olvidado. Todas las grabaciones tienen el mismo sabor agridulce. Por un lado grabar un disco es lo mas grande que me ha pasado nunca pero por otro... Por otro es como si sintiera que tengo diez hijas nuevas y ahora que ya han cumplido la mayoría de edad (uno o dos años, no todas maduran al mismo tiempo) decido prostituirlas. Venga chicas a trabajar!

Es el sexto puticlub que abro en siete años. Muy mal no deben funcionar. Lo que pasa es que como el garito es nuevo toda la gente que viene por aquí tiene que dar su opinión. Si no no se quedan a gusto. Generalmente no suelo hacer mucho caso a todos esos opinadores pero sí hay un pequeño grupo al que hay que escuchar: los inversores. Yo no tendría dinero suficiente para poder montar todo el tinglado solo. No me importa mucho que se metan con la decoración, con los camareros, con los porteros. Pero que me digan como tienen que ser mis chicas... A mí, que llevo meses enseñándoles todo lo que sé. Que las he educado. Que las he vestido. Que las he cuidado. Pues al final viene alguien que las acaba de conocer y me dice, con una sonrisa en la cara, que esta no le gusta, que la otra viste muy mal, que una le ha parecido una maleducada y la otra demasiado recatada, que hay tres que no pueden seguir trabajando aquí porque no dan la talla...

"Con un poco de suerte" es una de esas hijas que quiero poner a trabajar pero no sé si pasará el control de calidad de los expertos puteros. Sé que quizá no sea ni la más guapa, ni la que más dinero va a dar al negocio. Es un poco mal-hablada y bastante protestona. A veces pienso que a lo mejor es mejor para ella no ser una de las elegidas. Después de todo es mi hija y no me apetece que todo el mundo la manosee. Pero dejarla encerrada en casa para el resto de su existencia tampoco creo que sea un final demasiado digno.

No me malentendáis. No es mi favorita. Creo que otras son mejores que ella. Pero "Con un poco de suerte" tiene algo que el resto no tienen: es la única que sabe que ha nacido para ser puta. Mientras que todas las demás vivirán presas de su ignorancia de por vida, ella no. Ella sabe la verdad. Y aunque no va pregonándola a los cuatro vientos, si te acercas y le acaricias el pelo y le haces un poco de caso seguro que acaba contándotela al oído.

"Notas
el rocanrol como patada en las pelotas
que vuelve a hacer de las suyas.
Brota
la lagrimita que precede a la derrota
pero aún se me pone dura."


miércoles, 7 de octubre de 2009

Hambre

Siete de octubre. Tres de la mañana. Ya llevo 4 días a dieta.

El viernes pasado después de una doble sesión de cine, a la salida del baño, nos encontramos una de esas maquinas infernales que te miden, te pesan, se ríen de ti. Poseído yo que se por que extraña fuerza decido subirme y echar una moneda. La verdad es que teniendo en cuenta el verano que me he pegado yo esperaba que en la pantallita verde se leyera algo así como "GAME OVER". Pero no. El aparatejo en cuestión escupió un papelito con un montón de números.

Uf. Por lo visto en el último año he engordado ** kg.

¡¡¡**kilos!!!

Debería empezar a plantearme cuidarme un poco. Dicho y hecho. Se acabó la comida basura. - ¿Ni un Big Mac de vez en cuando? -Ni eso. Se acabaron los chuletones y las patatas fritas. La pasta. El alcohol. -Espera, espera... ¿El alcohol? ¿Y que hago yo con las botellas de Licor 43 que me he ido llevando de los camerinos durante todo el verano? ¿Y que me llevo yo a la boca cuando me disponga a cantar Evohé! en los conciertos? ¿Ni siquiera una cervecita?

De momento lo llevo bastante bien. Me estoy convirtiendo en todo un maestro de la pechuga de pollo a la plancha y de la ensalada no muy salada, solo que de vez en cuando tengo un poco de hambre.